Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Ahora que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) obligó a Cuauhtémoc Blanco a separarse del cargo de gobernador de Morelos para contender por una diputación federal, bien valdría la pena que el ex futbolista se asesorara con Miguel Ángel Mancera, ex jefe de Gobierno de la CDMX, y Manuel Velasco, ex gobernador de Chiapas, quienes hicieron la manceriña y la velasquiña en 2018, para darle la vuelta a la Ley electoral y convertirse en senadores.
La manceriña: cuando se acercaba el final de su gobierno en la CDMX sabía que Morena iba a ganar y la nueva administración de Claudia Sheinbaum podría perseguirlo. Por eso buscó blindarse con fuero. Lo logró, incluso dejando con el ojo cuadrado a su antecesor, Marcelo Ebrard, quien no pudo hacer lo mismo en 2012, cuando también terminaba como jefe de Gobierno, porque la Constitución establece que no puede competir por otro cargo de elección popular en la misma entidad, en tanto no termine el periodo para el que fue electo. Ebrard se quedó de brazos cruzados y decidió terminar su encargo. Sin fuero, sin cargo público y peleado con Mancera y el entonces presidente Enrique Peña, tuvo que exiliarse antes que lo metieran a la cárcel.
Mancera fue más hábil en 2018. Solicitó licencia definitiva para separarse del cargo, y el PAN lo hizo candidato plurinominal al Senado. Lo registró como de otra entidad federativa, no de la capital. El TEPJF validó la candidatura. Con la manceriña ha tenido fuero durante casi 6 años. De no ser así, quién sabe qué habría sido de Mancera.
La misma fórmula la aplicó ahora Cuauhtémoc Blanco, gobernador de Morelos, para competir por una diputación federal. Burló el tema de otra entidad, al registrarse como diputado plurinominal por la Cuarta Circunscripción, que incluye a la CDMX, Guerrero y otras.
Sin embargo, Blanco no quiere solicitar licencia definitiva, a pesar de que la Constitución señala que debió hacerlo máximo 90 días antes de la elección. Esa ya se la perdonó el TEPJF, pero le exigió que de inmediato se separe del cargo.
Blanco ahora quiere aplicar la velasquiña, algo parecido a lo que hizo Manuel Velasco en 2018, quien obtuvo licencia temporal para separarse del cargo de gobernador de Chiapas y así competir en la elección, para luego volver a la gubernatura. Y fue más allá: antes de rendir protesta como senador, solicitó licencia definitiva al Congreso de Chiapas. Luego rindió protesta como senador, solicitó licencia al Senado, y fue nombrado por el Congreso de Chiapas gobernador sustituto de sí mismo, hasta acabar su sexenio, y volvió al Senado.
Velasco lo pudo hacer, porque tenía mayoría en el Congreso, pero Blanco no. Él está intentando ahora ganar tiempo, por lo menos 10 días, y para ello va a solicitar que el INE se pronuncie si debe separarse de forma definitiva del cargo o puede permanecer. Ahí está el precedente de Velasco, que permaneció. Blanco quiere conservar el fuero para evitar que se la cobre el fiscal de Morelos, Uriel Carmona. Si gana esos días, no necesitaría pedir licencia, porque el artículo 63 de la Constitución de Morelos establece que las ausencias del gobernador hasta por 60 días serán cubiertas por el secretario de Gobierno. Blanco podría regresar al cargo una vez pasada la elección, sin que el Congreso, en el que no tiene mayoría, tenga que designar un sustituto, que podría ser contrario a él.
Lo que ya se ve imposible es que Blanco lograra la velasquiña de ser sustituto de sí mismo, a no ser que ocurriera un verdadero milagro y que Morena ganara la mayoría en el Congreso de Morelos. Lo veremos.