Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Tarde, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum ya traspasó las fronteras en su proselitismo político con miras a lograr la candidatura presidencial de Morena en 2024. Su primera parada fuera de México fue en Estados Unidos, casi 2 años después de que el primer mandatario Andrés Manuel López Obrador la destapó como su corcholata favorita.
En la gira de Sheinbaum por Denver, Colorado, sobresalió la agenda cupular. Participó en la Cumbre de Ciudades de las Américas. Ahí compartió exposiciones y experiencias con representantes de instituciones financieras y alcaldes de Brasil, Colombia, Chile, Canadá y Estados Unidos. Estuvo en dos paneles en que habló de ciudades sustentables, digitales, inteligentes, y otro sobre movilidad. También se codeó con empresarios, clase política, académicos, investigadores, y un poco de pueblo en aquel país donde hay aproximadamente 39 millones de residentes de origen mexicano. Por supuesto que la mayor parte de ellos no votan en los comicios mexicanos, pero sin duda pueden tener alguna influencia sobre su parentela que vive en México.
Tarde llega Sheinbaum, porque los otros aspirantes de Morena a la Presidencia ya hasta tienen comités de apoyo en Estados Unidos, estructura de respaldo a sus aspiraciones, como Marcelo Ebrard, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, o Ricardo Monreal, líder de los senadores de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política de ese órgano legislativo.
A Sheinbaum le fue mal con el pueblo. Apenas hizo una reunión con unos 100 migrantes en un salón. Hicieron una transmisión por redes sociales del encuentro en vivo, la cual se estuvo cortando, curiosamente en los momentos en que le hacían reclamos a la jefa de Gobierno. Esa fue la interacción real, espontáneos, más allá de postear algunos videos en que personas acuden a recibirla hasta con mariachis, le aplauden, le echan porras y vivas, una especie de montaje.
Se le adelantaron otros aspirantes no sólo en reuniones efectivas con el pueblo, sino también en la construcción de redes de apoyo en aquel país. Por ejemplo, Ricardo Monreal estuvo hace más de un mes en Los Ángeles, donde constituyó su Comité de Reconciliación por México para todo el estado de California, entidad en que se reconoce la residencia de unas 12 millones personas de origen mexicanos.
En esa gira, Monreal asistió con el objetivo preciso de estar con las comunidades, con la gente, sin eventos de relumbrón. Le tomó protesta a cientos de simpatizantes como integrantes de su Comité, el que va a replicar el mensaje de reconciliación nacional y por supuesto para generar apoyos hacia sus aspiraciones presidenciales. También ha lanzado redes de apoyo en Chicago, Nueva York y Alaska.
Ebrard, también corcholata presidencial, ya tiene redes de apoyo en los Estados Unidos y ha aprovechado su condición de canciller para aumentar simpatías de connacionales que habitan allá. Hace unas semanas reunió a los 52 cónsules mexicanos para lanzar una “campaña de defensa de México” ante los “inaceptables” ataques de legisladores y exfuncionarios del Partido Republicano.
La otra corcholata presidencial, el secretario de Gobernación, Adán López, ni siquiera ha visitado los Estados Unidos como parte de sus aspiraciones. Así arrancó Sheinbaum su proselitismo internacional, en Estados Unidos, con una agenda más cupular y ante reclamos de migrantes. Puede decirse que, para lo que dice representar, le faltó pueblo y le falló el pueblo. A ver si mejora. Lo veremos.