Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
El 26 de junio, fuentes panistas de primer nivel adelantaron a este reportero que la candidata presidencial del entonces naciente Frente Amplio por México sería Xóchitl Gálvez, lo que ayer se confirmó. Y para la Ciudad de México me anticiparon que como el PAN llevaba mano (y la sigue llevando), el abanderado será el actual alcalde de Benito Juárez, Santiago Taboada.
Al día siguiente, martes 27 de junio, titulé este espacio así: “Para AMLO: será Xóchitl”. Fue una especie de primicia para el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en esos días había prometido que para el lunes 3 de julio daría a conocer a quién habían elegido en la oposición para enfrentar a quien él seleccionó desde hace años como su candidata para sucederlo: Claudia Sheinbaum.
Parte de la historia que me contaron es dónde y cómo se decidió que los magnates de este país apoyaran a Xóchitl. Todo comenzó a principios de marzo, en una reunión en el rancho de Vicente Fox, en la que estuvieron el yunquista Ramón Muñoz, el activista Claudio X González, así como el ex canciller foxista, Jorge Castañeda, quien planteó que fuera Xóchitl la candidata presidencial de la oposición. La idea fue madurando y estudiándose.
A principios de junio, los magnates estaban muy preocupados porque Morena ya había arrancado su proceso con las corcholatas y ellos no tenían a nadie competitivo. Se reunieron en el rancho de un empresario de medios en Nuevo León donde les presentaron estudios demoscópicos de Xóchitl, pues era la única que tenía un potencial para crecer. Entre otras virtudes, ese día se expuso que le había ganado al presidente la batalla mediática y política del derecho de réplica –por negárselo–; que no milita en ninguno de los tres partidos políticos del Frente; que no carga con hechos de corrupción; muy pocos negativos.
Incluso antes de ese 27 de junio, en esta columna difundimos el potencial de la eventual candidatura de Xóchitl, en una alegoría con la leyenda del rey Arturo, pues más de 15 políticos habían intentado tomar la mágica espada “Excalibur” de la roca al lado de una capilla en Londres y nadie ha podido extraerla. No les tocaba. De pronto, pasó Xóchitl, tocó la roca y solita se abrió para liberar la espada, que finalmente empuñó y lleva consigo.
El 3 de junio López Obrador dijo en su mañanera que la elegida en la oposición era Xóchitl, y de ahí arrancó una campaña de golpeteo incesante en contra de la senadora, al grado de hacer pública información confidencial del Sistema de Administración Tributaria. Era previsible que así sería la respuesta presidencial contra quien resultara la favorita o favorito en la oposición. Sólo que AMLO no contó con el revire que tendría Xóchitl: lo frenó a base de mandatos judiciales, y hasta lo acusó ante el INE que condenó al mandatario por haber incurrido en violencia política en razón de género contra una mujer. Xóchitl todavía le va a ganar más causas legales a López Obrador, empezando por la réplica en la mañanera. El apoyo ayer del PRI a Xóchitl Gálvez por sobre Beatriz Paredes confirma todo lo dicho y publicado en este espacio.
Lo que sigue ahora es la selección del abanderado a la Jefatura de Gobierno del Frente Amplio por la Ciudad de México, en la que el PAN sigue llevando mano, porque este año le cedió al PRI la candidatura al Estado de México. Las mismas fuentes que nos anticiparon hace dos meses que sería Xóchitl no dudan en que será Taboada. Lo veremos.